Desde el año 1998, Europa institucionalizó el 21 de enero como el día de la mediación. Mucho ha llovido desde entonces y poco hemos logrado al respecto.

Contamos con una Ley de Mediación desde el año 2012 que apenas hemos llevado a la práctica, salvo en cuestiones de familia y comunidades de propietarios. Poco más.

Y es por ello que se hace necesaria la obligatoriedad de una mediación previa a la vía judicial por dos motivos fundamentales:

El primero,  para promover la institución y concienciar a la sociedad de la necesidad de la misma y su efectividad.  Aquí cobraría todo el sentido el refrán de “la letra con sangre entra”

El segundo, porque la situación actual está llevando a la vulneración del derecho fundamental  a la tutela judiicial efectiva.

El colapso de la Justicia ha llegado a tal punto que debemos poner de nuevo el foco en la necesidad de una justicia sostenible. Y ésta no puede existir sin un comportamiento responsable por parte de los operadores jurídicos.

Por ello, se hace necesario que se impliquen las instituciones  y contar con la cobertura pública que fomente y garantice herramientas alternativas para aquellos supuestos donde litigar sabemos que es posible evitarlo.

Con la nueva Ley de Medidas de eficiencia Procesal aspiramos a alcanzar un escenario idílico y beneficioso para todos: Litigación SÍ, pero como vía subsidiaria para los supuestos en que los medios adecuados de solución de controversias hayan resultado ineficaces.

Confiemos en que por fin la unión haga la fuerza y este año 2023 España, siguiendo las directivas y resoluciones europeas, marque un antes y un después respecto a la gestión de los conflictos y controversias con la aprobación de la Ley de Medidas de Eficiencia Procesal, que conllevará de manera natural la reducción de la litigación.

Artículos de interés:

https://blog.sepin.es/dia-europeo-mediacion-2023

https://www.expansion.com/opinion/2023/01/18/63c7eca5468aeb8c318b4661.html