Cada día necesito más el contacto con la naturaleza. Siento como si una voz ancestral en mi interior me recordara que no debo romper el vínculo. Que estamos unidos a la madre Tierra. Que la necesitamos.
Y en cuanto dispongo de algo de tiempo libre, esa vocecita me arrastra y me anima a escaparme a cualquier lugar lejos de la urbe, sea montaña o costa, donde poder pensar y, principalmente, escuchar.
Porque la Naturaleza nos habla, continuamente nos envía mensajes altos y claros, sólo hay que pararse a observar.
Hace unos días, tuve la suerte de escuchar esa voz que me llevó a un paraje de la Sierra de las Villas (Jaén) donde en una casa rural, entre teams y teams, paseé unos 20 minutos, sin móvil y con todos los sentidos abiertos a contemplar y disfrutar de tan maravilloso entorno.
Me permito compartir contigo los mensajes que recibí, fruto de milenios de existencia y experiencia. Yo espero aplicarlos en mi día a día, en mi empresa, en mi entorno personal, en mi vida.
Son consejos sencillos que la Naturaleza me brindó. El simple zumbido de un insecto puede transportarte a un mundo infinito, cuasi perfecto. Espero que a ti también puedan resultarte útiles:
1º Para aprender y crecer, primero hay que escuchar.
2º Para que un sistema funcione, las partes que lo integran deben estar perfectamente coordinadas. Si falla una pequeña pieza, un simple fallo en un paso del proceso, causará el fracaso del conjunto.
3º Todos somos importantes y necesarios. Cada ser tiene un cometido. Nuestra huella es única.
4º A través de la constancia y la rutina se alcanzan las metas. El secreto del éxito no está en hacer grandes cosas, sino en no dejar de hacer las cotidianas.
5º Los procesos son imprescindibles y existen para cumplirlos. Aleja de ti la pereza.
6º No se pueden conseguir resultados sin estímulos. Sin agua, el árbol no florece. Sin cambios de temperatura, los reptiles no saldrían del letargo. Sin sol, no habrá fotosíntesis.
7º A más estímulos, mejor resultado. Y si unimos el respeto por los demás, obtendremos lo mejor de los que nos rodean.
8º Se necesita un mínimo de condiciones óptimas para producir y dar fruto. La creatividad no sirve para nada sin los medios y recursos para desarrollar e implementar la idea.
9º El análisis de los datos es clave a la hora de tomar decisiones y obtener resultados. Si los datos no son favorables, sé precavido. En años de sequía la naturaleza acumula reservas y da menos fruto.
10º Hay que ser previsor y tomar decisiones en el día a día pensando en el medio y largo plazo. Todo es cíclico.
11º Cada agente tiene su cometido y su deber es realizarlo a la perfección.
12º La especialización es imprescindible y la delimitación de tareas es clave para que el todo funcione.
13º Nunca hay que perder el foco. La misión de una organización debe estar claramente definida para evitar el caos.
La última conclusión a la que llegué es la única que no obtuve de la observación y la escucha, sino de la reflexión:
“La Naturaleza es inmensamente agradecida, da mucho más de lo que recibe. A poco que la cuidemos nos corresponderá con creces.”
Ojalá que en eso también algún día podamos parecernos a ella.
Feliz verano y aprovecha para sentarte a escuchar lo que la Naturaleza nos enseña.
Fdo. Amelia Medina Cuadros